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"El Estado ha fallado, es él y no Garzón quien tenía que haber investigado los desaparecidos de la Guerra Civil"
Ronald Fraser, hispanista y precursor de la historia oral
Rafel Montaner
El hispanista británico Ronald Fraser (Hamburgo, 1930) es uno de los grandes historiadores de la Guerra Civil. Afincado desde hace 20 años en Valencia, ciudad a la que llegó por amor -está casado con la historiadora Aurora Bosch, catedrática de Historia Contemporánea de la Universitat de València-, será homenajeado por el Arxiu Històric de la Ciutat de Barcelona el próximo 16 de octubre por su tarea como precursor de la historia oral. Con sus investigaciones ha dado voz y protagonismo a los testimonios directos de la gente corriente que vivió y sufrió los acontecimientos históricos.
«Siempre, siempre, he intentado escribir la historia desde abajo, cómo la vivieron los de abajo, no los de arriba, porque ellos nunca aparecían en la historia», dice.
-¿Cómo se siente ante el homenaje que le preparan?
-Es muy bonito, pero no lo merezco especialmente. Yo, más bien por casualidad, hace ahora 25 años fui el primero en entregar mis archivos, los casetes con mis entrevistas a más de 300 testimonios de la Guerra Civil a este archivo, que no tenía sección de Fuentes Orales, que fue fundada precisamente con mi entrega. Fue la historiadora Mercedes Vilanova, profesora de la Universitat de Barcelona, a quien yo le había preguntado "¿Qué hago con todas estas cintas, con este material ingente? Yo quisiera, por lo menos, devolverlo al pueblo español". Entonces ella me sugirió crear un archivo de fuentes orales y que mi entrega fuera la base de él. Eso es lo que deberían homenajear de verdad, no tanto a mi personalmente.
-En su libro Recuérdalo tú y recuérdalo a otros mostró la historia de la Guerra Civil, desde abajo, desde el punto de vista de esos más de 300 ciudadanos de a pie de ambos bandos que sufrieron en primera persona aquel conflicto y a los que entrevistó entre 1973 y 1975 ¿Qué recuerda de aquella investigación?
-Pues hace ya 30 años o más, ¿no?...-se pregunta con gesto de asombro- Fue muy intenso. Lo que recuerdo más es la soledad, porque eran los últimos años de Franco y yo sabía que no podía hablar a nadie más de lo que un testigo me había dicho, porque podía perjudicarle. El no poder hablar con nadie durante dos años fue muy difícil y algunas veces tuve pesadillas por lo que me habían contado, los fusilamientos y todas esas cosas muy desagradables
-La última de esas entrevistas la término seis meses antes de la muerte de Franco ¿No debió ser fácil investigar en plena dictadura?
-Yo siempre tomaba mis precauciones. Una de ellas era enviar las cintas al extranjero. Hacía cada dos semanas un paquete y lo remitía a un amigo en Francia por si acaso pasaba algo y me las requisaban. Seguro que el régimen sabía muy bien lo que estaba haciendo, pero no les interesaba, no les preocupaba en aquel entonces.
-Dentro de esa mayoría silenciosa y silenciada a la que dio voz usted por primera vez en España, hizo especial hincapié en el testimonio de las mujeres y niños que sufrieron la guerra ¿Por qué?
-Los niños tienen una visión muy inmediata, viven las cosas de forma muy cercana y expresan sus emociones. Fueron las grandes víctimas de aquella guerra tan cruenta. Y las mujeres, porque tradicionalmente nunca han aparecido en la historia.
- ¿Casi 70 años después del final de la Guerra Civil, usted también piensa que están cerradas todas las heridas?
-No, no... Las heridas de las guerras civiles duran mucho tiempo. Incluso en EE UU se puede decir que aún en el Sur puedes encontrarte, casi 150 años después de su guerra civil, residuos de la misma en actitudes y diferencias con el Norte. Lo que si creo es que esas heridas aquí están suficientemente curadas para que se empiece a entender ese pasado. Bueno, entenderlo, se ha escrito tanto que se puede entender ya. No hay probabilidades de que cualquier investigación abra un resentimiento tal que otra vez pueda haber problemas serios.
-Hay quien opina que para curar estas heridas la mejor receta es el olvido y no remover nada ¿Comparte esa opinión?
-No, al contrario. El olvido es la represión otra vez y la represión nunca es buena, porque lo que se ha reprimido suele volver por otros cauces y puede ser incluso peligroso. Es mejor enfrentarse abiertamente al pasado y, finalmente, entenderlo y asumirlo.
-¿Que opina de la orden de Garzón para que se investiguen los desaparecidos de la Guerra Civil y la dictadura?
-Bueno... todo eso de la Ley de la Memoria Histórica... algo así tenía que tener lugar. Pero hay criticas que se pueden hacer a esta ley. Primero, no puede haber una memoria histórica porque la memoria es subjetiva y por tanto cada uno tiene sus memorias. Por tanto no hay una sola memoria. Por otra parte, creo que estas investigaciones e incluso la que se están haciendo por muchas partes de España se tienen que hacer con un rigor muy grande. Hay que tener equipos muy preparados, con un modelo de investigación que debía de ser igual en todas partes, si no vamos a quedarnos otra vez en este regionalismo en el que uno ha investigado de una forma y otro de otra y del que no se puede sacar una conclusión general. En tercer lugar, no creo que esto incumba a un juez, porque esto no es una investigación que va a llevar a un proceso judicial y los jueces están para eso y no para otra cosa. Esto es el Estado el que tenía que haberlo hecho y ha fallado en este sentido.
-Hay muchos familiares de represaliados que buscan a sus seres queridos que fueron a parar a fosas comunes ¿Es partidario de que se busquen y se abran esas fosas para que puedan recuperar, si es posible, los restos de los suyos?
-Sí, sí, claro ¡Eso es Justicia! Es justo que lo hagan. Cada uno tiene el derecho de saber dónde están enterrados sus antepasados, volver a enterrarlos si quiere o lo que quiera hacer. Eso es un Derecho Humano. Lo que creo que se debiera hacer en este caso es que se investiguen los muertos de ambos bandos no sólo los de uno. Vamos a acabar de una vez con esto, pero con rigor científico.
-Pero, los que ganaron sí que investigaron sus caídos, recuperaron sus cuerpos, los homenajearon... Los vencidos nunca tuvieron nada de esto.
-No, por eso es injusto. Es por eso que hay que empezar con esto que están haciendo ahora. Pero, luego, lo que queremos es que incluso que los nacionales, como así se llamaban, que todos sus muertos también estén registrados y se sepa donde están enterrados. Ya sabemos sus nombres, están en las lápidas de muchos pueblos, etc... Pero hay que asegurarnos que no nos olvidemos de ellos.
-En el homenaje que le harán en Barcelona le presentan cómo un "maestro en el arte de entrevistar" ¿Cómo se plantea una entrevista?
-Con la voluntad de escuchar, eso es lo principal. Paciencia y la voluntad de escuchar y de escuchar muy bien, de no creer que tu vas a enseñar al testigo lo que es la historia. La historia es la del testigo. Y, también, hablar lo menos posible. He aprendido mucho más de la gente que he entrevistado que de los libros de historia
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