lunes, 10 de noviembre de 2008

Perjuicios irreversibles

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Perjuicios irreversibles

Perjuicios irreversibles

AQUÍ Y AHORA RAFAEL TORRES

EL FISCAL DE LA Audiencia Nacional que desde que el juez Baltasar Garzón instruye el sumario contra los crímenes del franquismo ha multiplicado sus esfuerzos para impedirlo, forzó la máquina y obligó, al parecer saltándose a la torera procedimientos esenciales como el de informar a los abogados, a reunirse de urgencia al Pleno de la Audiencia para arrancarle la orden de paralización inmediata de la apertura de fosas «para no causar perjuicios irreversibles». Independientemente de cualquier otra consideración, parece que ese fiscal ignora que los «perjuicios irreversibles» son los que provocó el franquismo (esto es, el movimiento sedicioso y criminal contra el Estado, el gobierno y el pueblo español que Franco lideró al poco de producirse) en las personas que yacen innominadas y desaparecidas por los campos, las simas, las cunetas y cabe las tapias de los cementerios. Lástima que Franco y sus secuaces no contaran, cuando atacaron con extrema violencia a la nación, con un aparato jurídico lo suficientemente garantista para contar con un fiscal que con su celo vigilante impidiera que se causaran «perjuicios irreversibles» a nadie, particularmente a los inocentes. Lejos de eso, como se sabe, Franco situó en noviembre del 36 nada menos que ocho tribunales militares sumarísimos en las afueras de Madrid para, una vez conquistada la ciudad con la diligencia que preveía, cayeran sobre sus defensores dictando las innumerables penas de muerte que, contrarias a todo derecho, tardaron, por la resistencia heroica de los madrileños, casi tres años en poder dictar.

El franquismo causó muchos «perjuicios irreversiles», todos ellos también irreparables, tantos que aún parece que sufrimos con especial intensidad uno de ellos: el de las dificultades de la Justicia para entender, entendiéndolas, en las causas sobre el bien y el mal. No en causas folletinescas e intercambiables de buenos y malos, sino en la del bien -la democracia, la paz y la ley- y el mal -el terror, la persecución y la violencia-.
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