jueves, 11 de septiembre de 2008

Artículos. 10/09/2008.

El faro de Aqualung

11 Sep 2008

LA MEMORIA

Publicado en El Norte de Castilla el 11 de septiembre de 2008

Venero la memoria. A pesar de que la memoria acostumbra a doler, soy lo que recuerdo. Por eso no hay que darle la espalda nunca. La memoria sirve, además, para no repetir errores del pasado. Cuando alguien habla de que no hay que mirar atrás para no reabrir heridas me echo a temblar. Pocas cosas hay que me molesten más que escuchar las quejas de los de siempre cuando se estrena una película ambientada en la Guerra Civil. La gente de mi generación hemos visto cientos de películas más del Vietnam que de la Guerra Civil, una época terrible y fascinante de la que quedan miles de historias por contar. ¿Qué problema hay? ¿Por qué a algunos les molesta tanto? ¿Qué temen? Ahora estamos inmersos en la polémica orquestada desde diversos medios por la actuación del juez Garzón, dispuesto a realizar un listado de desaparecidos de la Guerra Civil. Es tan sólo un acto previo con el fin de saber si es competente para investigar las denuncias presentadas por varias asociaciones de memoria histórica. Muchos ya se han puesto el puñal en la boca. Para unos esa tarea corresponde al Ejecutivo; para otros, la Audiencia Nacional no tiene competencia; algunos hablan de que esos hechos han prescrito merced a la Ley de Amnistía de 1977; otros hablan de que los delitos de lesa humanidad son imprescriptibles; otros, en fin, dicen que a Garzón le gusta demasiado el protagonismo. La sociedad española le aplaudió cuando abrió procesos por hechos acaecidos en China, Tibet, Ruanda, Argentina o Chile pero no quiere saber nada de los desaparecidos del franquismo. Muchos países de los anteriores critican (y con razón) que no se limpie en casa lo que con tanto fervor se hace fuera. Ahora parece que se intenta dar un paso adelante. No ha hecho nada más que empezar pero algunas reacciones han sido bochornosas. A raíz de un artículo publicado en este periódico sobre 80 fosas existentes en la provincia, la gente se ha lanzado a escribir comentarios. Alguno de ellos sólo puede nacer de la ignorancia o de la vileza. Todos sabemos que los dos bandos cometieron verdaderas atrocidades y que hubo dolor en ambas trincheras. Sin embargo, sólo hubo un bando vencedor. Franco hizo muchas exhumaciones, con el dinero de todos pero sólo para los suyos. Los que dicen que ahora únicamente se habla de los muertos asesinados por los franquistas, no se dan cuenta de que el censo de los muchos asesinados por los republicanos ya está hecho. De que la mayoría están enterrados, con sus placas en las Iglesias de turno (impagable la viñeta del gran Sansón) y sus familias reparadas con pensiones, ayudas, estancos, reconocimiento, homenajes. Los perdedores fueron perseguidos y padecieron torturas, asesinatos, incautaciones de bienes. No interesó recuperar sus cuerpos y siguen en las cunetas. Ahora sólo se pide que se restablezca la dignidad de esas personas y, sobre todo, que se encuentren esos cuerpos para, de una vez por todas, cerrar las heridas (no para reabrirlas). Que hallen los restos, los de un bando y los que queden del otro, y que descansen en paz sus familias. Nunca podré entender que esto pueda molestar a alguien. La memoria es el único paraíso del que no podemos ser expulsados. No olvidemos. La justicia es la memoria.
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La Audiencia Nacional no es (ni será) el tribunal de Nuremberg

Belen MartinezMe pregunto si el juez estrella llegará a cuestionar los pactos que desmantelaron el legado de la II República, y que posibilitaron la continuidad de instituciones surgidas de la dictadura.

Gracias a la labor de las asociaciones de familiares y los colectivos de recuperación de la memoria histórica y víctimas del franquismo, sabemos que el modelo español de impunidad es un fiasco.

La apertura de diligencias llevada a cabo por Baltasar Garzón, para decidir si admite a trámite las solicitudes de varias asociaciones para la recuperación de la memoria histórica, es una noticia positiva. Ahora bien, no creo que el juez libre el mismo combate, ni esté alentado por la misma esperanza, que todas esas personas que no han cesado en el intento de recabar la información necesaria para conocer el nombre y paradero de las personas represaliadas, asesinadas y desaparecidas, así como el modo, la autoría, las fechas y lugares en que se produjeron los crímenes cometidos desde el 17 de julio de 1936 y durante la dictadura franquista.

Un censo oficial de personas fusiladas, desaparecidas y enterradas tendría que haber sido impulsado por el Gobierno de Felipe González (dime de lo que presumes). Garzón gozaba en ese momento en una posición privilegiada para promoverlo. ¿Hasta dónde llegará «el hombre que veía amanecer»? Analizando el macroproceso 18/98, razones no me faltan para el escepticismo.

Me pregunto si el juez estrella llegará a cuestionar los pactos que desmantelaron el legado de la II República, y que posibilitaron la continuidad de instituciones fundamentales surgidas de la dictadura, así como las transacciones entre las elites provenientes de la dictadura y partidos de la oposición? ¿Revisará las leyes de amnistía de 1976 y 1977 que beneficiaron a autoridades y funcionariado responsables de la represión? Al fin y al cabo los delitos relacionados con violaciones de los derechos humanos y crímenes contra la humanidad no prescriben, ¿o sí? Los perpetradores de todos esos crímenes han gozado de total impunidad, gracias a que los sucesivos «gobiernos de la democracia» nunca dieron respuesta a la demanda de verdad, justicia y reparación de las víctimas.

Nuestra modélica transición ha vaciado de cultura democrática al pueblo español, generando temor y desconfianza ante lo que no sea «orden». Hemos sido socializadas para que valoremos la paz por encima de la justicia y la libertad, haciéndonos creer que hubo dos bandos (simetría) que cometieron atrocidades, y evocando el fantasma de la guerra civil. La propaganda fascista instauró el año 1939 como «el año de la victoria», consagrando espacios (monumentos, cruces,...) y tiempos (efemérides, aniversarios,...) a los «caídos por Dios y por España».

Existen otras víctimas indirectas del franquismo. Toda una generación a la que se le ha impuesto una historia oficial cuajada de silencios y de prohibiciones de evocación de los hechos, imposibilitando la construcción de una memoria colectiva. 72 años, 1 mes y 22 días del alzamiento fascista. 32 años, 9 meses y 20 días de la muerte del dictador Francisco Franco. ¿Para cuándo la rehabilitación moral, jurídica y política de quienes combatieron por la libertad y la justicia?

Más información:
Euskal Herria
Memoria histórica
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En respuesta a “De fosas y desaparecidos“

Paco de Jerez - todoslosrostros

A diferencia de lo expresado por Espinosa, para muchos activistas la RMH no consiste sólo en "identificar a las víctimas, facilitar la información a sus familiares y permitir su digna sepultura".

Se equivoca Espinosa --¿estarán así más tranquilos aquellos que sienten sus conciencias inquietas por saberse culpables o cómplices?--cuando explica en su artículo "De fosas y desaparecidos" que "el objetivo del movimiento por la memoria no es castigar a los responsables de la represión de la dictadura sino identificar a las víctimas, facilitar la información a sus familiares y permitir su digna sepultura".

No, amigo Francisco, no. Ciertamente, muchos de los familiares de represaliados se acercan efímeramente a las asociaciones y a los investigadores con el exclusivo propósito final de recuperar huesos de fosas innominadas y darles sepultura en dignificados sepulcros. Y no pasan de ahí. Pero la mayor parte de los memorialistas que les dan satisfacción comunicándoles filiaciones y ubicando fosas persiguen otro fines, además de los de identificar víctimas, facilitar información e inhumar con respeto. Si éste fuera su único horizonte, los activistas de la RMH podrían ser tildados por los adversarios de este proceso como de fríos taxónomos, duchos en archivística, expertos en gestión de subvenciones y exhumadores obsesos cercanos a la necrofilia. Pero no es éste el objetivo del movimiento (chirriante la palabreja que elige Espinosa para agrupar a los interesados en la revisión de la represión franquista) por la memoria. No, al menos, del que conozco de cerca.

El interés de los malllamados recuperadores de la memoria histórica por la Historia y por los apasionantes resortes y herramientas tangibles de esta ciencia no guarda relación con el diletantismo de gran parte de nuestra equidistante y no comprometida intelectualidad y clase política patria. Se centra más en sus frutos y pretende analizar consecuencias y extraer conclusiones que sirvan, funcional e instrumentalmente, para elaborar útiles y prácticas pautas con las que encarar individual, colectiva y cotidianamente la relación con la sociedad que desean cambiar.

Por ello, los recuperadores de la MH pretenden, fundamental y casi exclusivamente, hacer extensiva su actividad de estudio y denuncia a toda la era franquista (1936-1977), sin olvidar por ello la descripción previa de las características sociales y jurídicas del mundo republicano anterior al 18 de julio de 1936; establecer legislativamente la ilegalidad de todos los actos administrativos, jurídicos y ejecutivos de los sublevados; generar modificaciones en el edificio legislativo español que hagan recoger en leyes de desarrollo y códigos penales a) la ilegalidad de la Amnistía de 1977 como vergonzante Ley preconstitucional de Punto Final, b) la retroactividad histórica en la persecución de los delitos de lesa humanidad, y c) la imprescritibilidad de estos delitos; caracterizar la adscripción ideológica --progresista, colectivista y solidaria-- de los represaliados por el fascismo y el franquismo y elaborar sus perfiles biográficos, que no hagiográficos, para explicar su encaje e influencia con el entorno social coetáneo que les rodeó; definir el ideario, el peso específico políticoeconómico real y las actuaciones concretas de sus letales antagonistas, determinando la filiación de los verdugos y sus cómplices, describiendo con detalle sus ilegales actos e identificando su ubicación actual --si es que aún sobreviven--, haciendo especial hincapié en el estudio del origen de sus haciendas y privilegios actuales, suyos o de sus herederos, intentando determinar si proceden, en todo o en parte, de un enriquecimiento ilícito vinculado a su apoyo a los golpistas, y, en suma y como bien dice José María Pedreño en http://www.avilared.com/modules.php?name=News&file=print&sid=8557 "poner en evidencia la impunidad del franquismo, que no es otra cosa que poner de relieve como la represión y el asesinato de miles de militantes sociales, sindicales y políticos ha servido de base para mantener unos privilegios de clase, tanto durante el franquismo como después de la muerte del dictador. Pero, también, situando los hechos en el contexto histórico actual, en un mundo globalizado, explicar que lo ocurrido en España sirvió de modelo para derrotar las causas populares por conseguir mejores condiciones de vida, en muchas partes del mundo."

Es pues evidente que, a diferencia de lo expresado por Espinosa, para muchos activistas (¿cuántos?, ¿bastantes?, ¿algunos?), la RMH no consiste sólo en "identificar a las víctimas, facilitar la información a sus familiares y permitir su digna sepultura". Y otros muchos (¿los mismos?) no renuncian, al contrario de lo que asegura Espinosa, a "castigar a los responsables de la represión de la dictadura". ¿O cómo se comprendería si no, que reclamáramos que cayera todo el peso de la Justicia Internacional sobre Aribert Heim (médico de Mauthausen), sobre el doctor Mengele, sobre Videla, Pinochet, Milosevic, Karadzic y tantos otros, y no lo hiciéramos igualmente de manera póstuma o en vida sobre el criminal Franco, sus generales y sus ministros?

http://todoslosrostros.blogspot.com/

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