Fuente: Las Provincias.
Los investigadores buscan nuevas fosas comunes en las cunetas de la Comunitat
El Arzobispado mantiene cerrados sus archivos parroquiales de difuntos y sólo cuando el juez Baltasar Garzón se lo solicite formalmente decidirá si los abre.
J. ABIETAR ZAHONERO VALENCIA
Lateral de una de las fosas comunes del Cementerio General de Valencia, situada en la sección séptima derecha, en la que fueron enterrados represaliados por el régimen franquista entre 1939 y 1945 según denunció el Fòrum per la Memòria.
El paradero de muchas víctimas de la posguerra española sigue siendo una incógnita. Para cambiar esta situación, grupos de investigadores de Castellón y Alicante están tratando de localizar la existencia de nuevas fosas comunes en las cunetas, especialmente en las que se encuentran cerca de los cementerios.Para esta búsqueda serían de gran ayuda las iglesias. Sin embargo, las parroquias valencianas estudiarán abrir sus archivos y, por lo tanto, mostrar las muchas actas de defunciones que tienen, solamente en el caso de que el juez Baltasar Garzón lo pida de manera formal o bien por expresa petición de la Conferencia Episcopal, según ha podido saber LAS PROVINCIAS. Sin embargo la asamblea de obispos ya ha manifestado que no tienen jurisdicción ni capacidad para decidir sobre la solicitud del magistrado. Eso sí, quieren dejar claro que no deben mezclarse las víctimas que fueron asesinadas por sus ideas políticas y los mártires, perseguidos y matados debido a sus ideales religiosos.Por su parte, el portavoz del Grup per la Recerca de la Memòria Històrica de Castelló, Juan Luis Porcar, aseguró que están "buscando en los archivos estatales y en los autonómicos para tratar de encontrar más datos sobre víctimas que cayeron en las cunetas". Además, añadió, están recibiendo "testimonios de gente que pide ayuda para conocer la ubicación de sus familiares".Con los datos que ofrecen estos últimos están intentándose ubicar posibles lugares en los que muchos cuerpos cayeron en la cuneta. Porcar explicó que esta situación se dio sobre todo durante los años 1946, 47 y 48 en localidades como Culla, Vistabella y Adzeneta, entre otras muchas."La entrada de las tropas franquistas hasta la ciudad de Castellón hizo que en localidades como Morella o Vinaròs hubieran víctimas que se quedaron en las cunetas", argumentó el investigador castellonense, quien aseveró que este es un fenómeno "que se dio sobre todo en Andalucía".Víctimas concretas En la inmensa mayoría de las ocasiones los casos de "represión se produjeron sobre maquis o sobre las personas que vivían en las masías a los que se acusaba de dar cobijo y alimentos a estos guerrilleros y por eso se los llevaban para matarlos", argumentó el propio Porcar.Toni Solsona es un vecino de Vistabella que perdió a su padre en este periodo. "Ya había habido algunos desaparecidos. A él se lo llevaron en Vilafamés y lo mataron en una cuneta a la vista de todos, tampoco se preocuparon mucho", aseveró este castellonense."Mi padre siempre estuvo trabajando en la masía y nunca se metió en política. El 4 de octubre de 1947 se lo llevaron mientras faenaba y lo asesinaron el día 7", aseguró el propio Solsona.Antes de conocer que realmente había fallecido "ya existían rumores, pero hasta que no se recibe el certificado oficial siempre mantienes la esperanza de que esto no haya pasado". Luego, concluyó, "le llegó a mi madre la comunicación oficial y el certificado médico que señalaba que había faltado por un derrame cerebral, esta es la causa que ponía hasta 1978. Ahora esto está tachado y no sabemos nada más".Pero no es únicamente en Castellón donde está intentándose establecer un mapa de localización de fosas comunes. Un grupo de investigadores de Alicante, en colaboración con arqueólogos jóvenes, ha iniciado un arduo trabajo, según señaló uno de los impulsores del proyecto, Enrique Cerdán.Este investigador aseguró que en la provincia "sabemos que existen fosas comunes pero no tenemos constancia de dos están ubicadas". Además, hay que añadir la dificultad de que de las hipótesis apuntan de que algunos de estos enterramientos "están en terrenos particulares. El trabajo que hay que hacer es muy amplio", añadió. Entre las ideas que maneja este grupo de investigadores se encuentran el que en la provincia existan dos o tres puntos importantes en los que podría haber fosas comunes.En ellas "hay grupos de personas de los que no se conocen nombres, circunstancias de la muerte o identidades", señaló el investigador alicantino. Por este motivo, Cerdán era partidario de pensar que el juez Baltasar Garzón "va a encontrarse muchas dificultades para encontrar los datos que quiere pedir".Y es que, aseguró, "si en aquellos lugares donde ya se han realizado excavaciones es complicado identificar los cuerpos, si ni siquiera se han iniciado los trabajos de exploración todavía es más difícil", manifestó el investigador.El campo de Albatera En el periodo en que se produjeron todas estas muertes había un campo de concentración en Albatera por lo que, "pese a que carecemos del citado mapa de localización de los enterramientos, es bastante probable que en los alrededores de este recinto estuviera situado alguna de estas fosas comunes", manifestó el investigador alicantino.Y la afirmación no es gratuita. "Todavía quedan testigos de gente que estuvo en aquel campo de concentración que en la actualidad tienen entre 75 y 90 años de edad", señaló Cerdán.De los testimonios extraídos de estas personas, el historiador alicantino aseguró que puede desprenderse que a los presos "les obligaban a presenciar los fusilamientos como una forma de castigarlos o una medida ejemplar para que comprobaran lo que les pasaría si intentaban huir como lo habían hecho sus compañeros".Incluso en algunas ocasiones, según se conoce a través de las declaraciones de los supervivientes del campo de concentración, "las personas que iban a morir fusiladas eran obligadas a cavarse su propia tumba antes de recibir el impacto mortal".Valencia también podría tener alguna fosa común en cunetas, aunque el historiador Vicente Gabarda asegura que esta opción es menos probable que en Castellón o Alicante y que, en cualquier caso, estas "se encontrarían en las cercanías de los cementerios".El investigador valenciano incluso afirma que, en el caso de que hubiera víctimas en las cunetas "serían de la época de los maquis, del periodo de los maquis".Y además "la cifra no sería demasiado elevada porque el paso de las tropas franquistas por Valencia fue un paseo militar porque la ciudad estaba rendida, lo contrario que sucedió en otras ciudades, sobre todo de Andalucía, donde sí hubo resistencia".
region@lasprovincias.es
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Los cadáveres acabaron en un vertedero
La existencia de fosas comunes en bastante habitual, pero que los cadáveres de una de ellas se lleven a un vertedero no es lo más normal. Y esto es lo que pasó en Elche. a finales de los años 60.El historiador ilicitano José Antonio Carrasco, que ha dedicado muchos años a investigar y buscar datos sobre este tema, explicó que de la prisión de la ciudad salía una camioneta "que nunca iba con un único condenado, en cada viaje portaba entre seis y ocho reos y realizó una decena de trayectos".Por este motivo, Carrasco señaló que en Elche se produjeron "más de un centenar de muertos, aunque solamente se registraron 33".El resto de cadáveres fueron llevados a una fosa común en el cementerio de Elche que, cuando este se amplió a finales de los 60, "se llevaron unos a un vertedero", siendo esta una medida que se adoptó ante la premura con que querían ejecutarse las obras. El resto, concluyó el investigador, "se sellaron en un osario del mismo camposanto con una tapa de alcantarilla"
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"La investigación es un bumerán"
"Perdí sin razón a mis dos abuelos"
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