Un vecino de Montesa pedirá ayuda a Garzón para hallar a su padre

Fuente. Levante-EMV.

Un vecino de Montesa pedirá ayuda a Garzón para hallar a su padre

Alejandro Sanchis Sampedro, un vecino de Montesa de 71 años, está dispuesto a viajar a Madrid para pedirle al juez Garzón que lo ayude a investigar dónde están los restos de su padre, un soldado republicano de la División Lister, muerto en el frente de Madrid el 11 de abril de 1937, tres meses antes de que él naciera.


Rafel Montaner, Valencia"Tengo 71 años, me han sacado un tumor como el puño de la cabeza y llevo cuatro by-pass en el corazón, pero no me voy a morir hasta que no sepa dónde está enterrado mi padre". Así, con esta contundencia se expresa Alejandro Sanchis Sampedro, un vecino de Montesa que lleva toda la vida buscando a su padre, un soldado republicano de la División Lister del que sólo sabe que murió en el frente de Madrid el 11 de abril de 1937, tres meses antes de que él naciera."He peleado, estoy peleando y pelearé por encontrar sus restos y traerlos a Montesa, y si hace falta ir a Madrid para hablar con Garzón para pedirle que me ayude e investigue dónde fue enterrado, iré", afirma Alejandro, cuyo caso será uno de los que el Grupo para la Recuperación de la Memoria de la Fundació Societat y Progrés que dirige Matías Alonso remitirá a la Audiencia Nacional para que conste en el censo de desaparecidos de la Guerra Civil y del franquismo que ha ordenado elaborar el juez Baltasar Garzón. Con su lucha personal contra el olvido, explica que no quiere reabrir heridas, sino todo lo contrario: "heridas como la que yo arrastro desde incluso antes de nacer, todavía siguen abiertas, lo que hay que hacer es cerrarlas". Y eso no sucederá, recalca, hasta que averigüe dónde fue enterrado su padre. Alejandro Sanchis Ballester, el padre de este niño de la Guerra, era un jornalero de Montesa de 25 años, casado con María Luz Sampedro, de 24. Cuando su quinta fue llamada a filas fue movilizado en el cuarto Batallón de la novena Brigada Mixta de la División Lister, donde murió combatiendo en la Casa de Campo. Carta al general ListerHace 24 años, Alejandro llegó a escribirle una carta al mismísimo Enrique Lister en la que le hacía la pregunta que guía su vida. El ex general republicano, entonces secretario general del Partido Comunista Obrero Español (PCOE), le contestó que su padre había caído en la Operación de Garabitas, pero que le era "totalmente imposible indicarle donde recibieron sepultura sus restos".La fracasada Operación Garabitas fue un conjunto de ataques realizados por el ejército republicano entre el 9 y el 13 de abril de 1937, cuyo objetivo era la toma del cerro de Garabitas de la Casa de Campo, lo que hubiese provocado la caída de las posiciones franquistas de la Ciudad Universitaria y el alejamiento del frente de las inmediaciones de Madrid. Lister le escribió a Alejandro que si no había un cementerio cerca, "a los caídos en el campo de batalla se les enterraba en un lugar cercano al frente si el combate lo permitía, que se hacía constar en un mapa con vistas a su traslado al lugar elegido por la familia después de la victoria; pero al ser derrotados, todo eso no pasó de ser buenas intenciones"."La gente se tiraba desde el faro"Alejandro y su madre también sufrieron en sus carnes la derrota ya que pasaron dos meses encerrados en los campos de concentración franquista de Los Almendros y Albatera, en Alicante. Él era un bebé de apenas 20 meses y no recuerda nada, pero su madre le contó que pasaron mucha hambre y sed: "apenas nos daban de comer y beber". Este fue uno de los campos de concentración más duros del franquismo. A la falta de agua se unía el hecho de que la única comida que recibían los presos eran chuscos de pan y sardinasFueron encerrados allí tras ser detenidos en el puerto de Alicante junto a unas 15.000 personas que se agolparon en los muelles al caer la República con la vana esperanza de tomar un barco que les salvara de las tropas franquistas. "Aquello fue muy duro... mi madre nunca pudo borrar de su mente la imagen de hombres desesperados tirándose desde lo alto del faro para matarse, al ver que no había ningún barco", recueda emocionado.