lunes, 8 de septiembre de 2008

Víctimas del franquismo: Presente, no pasado.

Fuente: El Plural.


Gustavo Vidal Manzanares
Víctimas del franquismo: Presente, no pasado

El grupo Jarcha interpretó una de las canciones más populares de la transición, “Libertad sin ira”, que comenzaba así: “Hace algún tiempo en este país hubo una guerra ……”. Treinta años después, con ira o sin ella, pero impulsados por una sed infinita de justicia, hemos de proclamar que… en este país hubo un genocidio.

Y me ciño a la definición de la RAE: “Exterminio o eliminación sistemática de un grupo social por motivo de raza, de etnia, de religión, de política o de nacionalidad”.

Este espíritu genocida lo confirmó el general Franco el 28 de julio de 1936 en su primera entrevista a la prensa extranjera: “No habrá compromiso ni tregua, seguiré preparando mi avance hacia Madrid, avanzaré—gritó—tomaré la capital. Salvaré a España cueste lo que cueste” El entrevistador le pregunta si eso significa matar a la mitad de España que no comparta sus ideas políticas, y él respondió sin vacilación: “Repito, cueste lo que cueste” (Franco. Una biografía psicológica. P. 183. Enrique González Duro)

El Código penal se refiere en su artículo 607 al genocidio como “el propósito de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico…” De igual modo, el artículo 131,4 del mismo cuerpo legal establece que “Los delitos de genocidio… no prescribirán nunca”. Por otra parte, esta clase de ilícitos son competencia de la Audiencia Nacional y por ello están siendo investigados por el juez Baltasar Garzón.

Aunque la Ley del Registro Civil obliga a las administraciones a averiguar la procedencia de cada resto humano no identificado y sufragar los gastos correspondientes, desde posturas de la derecha se alega que todo esto es ”reabrir heridas” y “remover el pasado”. No, desgraciadamente, no es “pasado”. No es “pasado” porque las víctimas siguen todavía en cunetas y fosas anónimas. Y esto es un lamentable presente. Y hablamos de hombres y mujeres que un día soñaron con ser felices, jugaron, rieron, se enamoraron, fundaron familias, anhelaban ver crecer a sus hijos, envejecer junto a sus cónyuges, deleitarse con una buena música… es una vergüenza para la Humanidad y para España que seres humanos sigan pudriéndose en fosas y cunetas. Esto es una realidad. Muy presente.

Le duela a quien le duela. Respecto al “reabrir heridas”, me pregunto si pensarían igual cuando se tratara de enjuiciar a un etarra por un asesinato cometido hace veinte años… ¿hablarían en este caso de “ no reabrir heridas”?

Alimentados por vanidad y codicia y encarnando un cinismo nauseabundo, han brotado entre el estiércol de la vileza, los “revisionistas de la nada”. Engordan sus cuentas corrientes y sus egos atormentados ensalzando el franquismo y racionalizando la mala conciencia de quienes bien saben que su prosperidad y bienestar se construyó sobre lágrimas, terror, patios carcelarios, chorros de sangre y una violencia descomunal.

No faltan entre estos “revisionistas de la nada” los que antaño defendían posturas antitéticas mutadas súbitamente ante la perspectiva monetaria y el aplauso de papanatas.

Sin embargo, cada hueso desenterrado representará el alivio de hombres y mujeres que llevaban décadas esperando saber donde cayeron los restos de sus seres queridos. No se podrá juzgar ya a los militares que cosieron a su bocamanga estrellas oscurecidas de muerte, ni a los policías que adornaron su hoja de servicios con las confesiones obtenidas tras “hábiles interrogatorios”, nadie sentará en el banquillo a los tricornios charolados que, coronando cuerpos sin entrañas, arrancaron de sus casas a temblorosos padres de familia hacia viajes sin retorno.

Pero el día que el último hueso reclamado sea redimido de la ignominia de cunetas terrosas, el día que se selle la última sepultura digna, el día que los descendientes de aquellos desdichados puedan llevarlos a un cementerio y, ¿por qué no?, honrarlos con un funeral (católico, evangélico, judío… ¡qué mas da!), entonces podremos por fin hablar de pasado”.

gvidalmanzanares@gmail.com

(Por si alguien no lo sabe Gustavo Vidal Manzanares es hermano de César Vidal, de la COPE y otras cabeceras ultras). Jordi Grau.

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