martes, 2 de diciembre de 2008

Santiago Carrillo reflexiona en una entrevista a la Sexta sobre la situación de IU, su papel durante la Guerra Civil y la actualidad política.

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laSextaNoticias"Todo ciudadano de izquierdas tiene que apoyar a Zapatero"

Santiago Carrillo reflexiona en una entrevista concedida a laSextaNoticias sobre la situación de Izquierda Unida, su papel durante la Guerra Civil y la actualidad política.


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DAVID MARTÍN

Santiago Carrillo es uno de los políticos españoles más famosos de todos los tiempos. No en vano ha vivido períodos decisivos de la historia española del siglo XX. Eso contribuye a que su mente sea un lúcido armario repleto de ideas, informaciones y cultura que, entre cigarrillo y cigarrillo, comparte con su interlocutor con aire afable y mirada profunda.

Muchos españoles le consideramos parte fundamental de nuestra historia. ¿Lo siente usted así?

La verdad es que no tengo conciencia de ser parte de la historia, a pesar de que ahora es muy frecuente que, al saludarme, me digan “usted es historia”. Pero me da la impresión de que lo que me dicen es que soy parte del pasado. Una vida como la suya crea numerosos enemigos… Sí, crea bastantes enemigos. Sobre todo en este país, donde la política ha conocido una guerra civil, 40 años de dictadura ferozmente represiva y un enfrentamiento de clases muy serio. Es evidente que trabajar en medio de esa situación significa hacerte amigos muy fieles y enemigos muy firmes. Esos enemigos habrán inventado alguna historia sobre usted. Hombre sí, han inventado. La esencial que han inventado, sobre todo a partir del momento en que fui secretario del PCE, es Paracuellos.

Hábleme de Paracuellos. ¿Cuál fue su grado de responsabilidad en aquel episodio?

La verdad es que mi responsabilidad puede ser alguna. Durante la defensa de Madrid, a los dos días o tres de constituir la Junta de Defensa, las tropas franquistas llegan a 500 metros de la cárcel modelo. Cárcel que está situada en un lugar estratégico. Allí hay alrededor de 2000 oficiales que son, sin duda, la quinta columna o la parte decisiva de la quinta columna que según Mola va a tomar Madrid. Y no yo, sino la Junta de Defensa y el general Miaja estiman que hay que evacuar a esa gente de la cárcel porque se nos puede sublevar y puede abrir la puerta de Madrid al enemigo, y eso hubiera representado la pérdida de la ciudad y de la guerra. El problema es que no tuvimos fuerzas suficientes para proteger ese convoy y a la salida de Madrid bandas de incontrolados asesinaron a esa gente. Más fuerza de las que les conducían no podíamos poner en su defensa, porque no teníamos fuerzas para cubrir siquiera la primera línea del frente de Madrid. Avancemos unos cuantos años en el tiempo.

Hablemos de la Transición. ¿La considera modélica?

Yo no creo que fuese modélica, lo que yo creo es que no pudo hacerse de otra manera. El bloque franquista estaba muy sólidamente implantado en España porque había ganado una guerra civil y se había creado toda una estructura del estado identificada con el franquismo. La oposición como tal nunca fue bastante fuerte y grande para derrotar la dictadura de Franco. En otros países el fascismo fue barrido militarmente y los lideres fueron ejecutados en procesos. En España no hubo ninguna intervención militar, los aliados en el año 45 nos dejaron como habían hecho durante toda la guerra, a nuestro albur, y llegó un momento en que con Franco muerto o muriéndose la burguesía, y creo que el país en su conjunto, pensaba incorporarse a la UE, ya que necesitaban integrarse en la corriente internacional de negocios, de capitalismo, de lo que se ha llamado después la globalización. Y para eso el franquismo era un obstáculo. Durante la Transición el PCE, aun no haciendo en su opinión tantas concesiones como los reformistas, hizo algunas.


¿Debilitó esto decisivamente al comunismo español?

No. Yo creo que lo que debilitó al PCE fueron dos factores. Uno nacional y otro internacional. El nacional es que fuera del PCE todas las demás fuerzas tenían un compromiso. Todas. Reformistas del régimen y de otros partidos de la oposición democrática incluido el PSOE tenían el compromiso de impedir que en España se repitiese el modelo político italiano. Es decir, que el Partido Comunista fuera la fuerza hegemónica de la izquierda, y a eso les ayudó mucho la existencia de un mando del ejercito que, mes y pico antes de las elecciones, coincidiendo con nuestra legalización, reprueba dicha legalización y da a entender que si hay una victoria comunista puede haber un golpe de estado, lo cual influye en el resultado del Partido Comunista en las primeras elecciones. Estoy seguro que muchos votos que en otras condiciones habrían sido para nosotros fueron para el PSOE. Y en la esfera internacional el factor que nos perjudicó a todos los partidos comunistas occidentales fue el hundimiento del sistema soviético la degeneración de lo que había sido visto hasta ese momento como la expresión del comunismo. Eso ha hecho mucho daño al PCE, pero también al comunismo italiano, al francés, a los partidos comunistas de toda Europa. En España ese factor nacional incluye que durante años existió una amenaza de golpe militar, y el golpe militar contra el comunismo era el gran lema del búnker. Esta amenaza ha durado bastantes años. ¿Hasta cuándo? Por lo menos hasta el año 81, cuando Tejero da el golpe e incluso después. Y eso sin duda ha sido la razón del debilitamiento del partido, porque muchos simpatizantes, incluso muchos afiliados, en el 82 votan al PSOE con la idea de que nos quedemos como estamos. Por otro lado el único partido de izquierda que era tolerado y tenía apoyo internacional en Europa era el socialista, que además estaba comprometido con la no repetición del modelo italiano y cuenta con la ayuda de todas las fuerzas europeas dominantes que consideran que dicho partido es la única forma de que el PCE no tenga la influencia que ha tenido en la lucha antifranquista. Izquierda Unida es el partido que ha heredado todos estos problemas. Y ahora se encuentra en una profunda crisis.


¿Qué opina de la situación de IU?

Lo primero que hay que decir es que el PCE actual es un residuo de lo que fue el PCE. Un residuo que está dirigido por los elementos más sectarios, mas dogmáticos, más conservadores que tenía el PCE en mis tiempos y que eran un problema siempre y un obstáculo. Son ellos los que se han quedado con lo poco que queda de PCE. En cuanto a la fórmula de IU, en un primer momento fue solo la carátula electoral de ese resto del PCE. Al PCE en ese período se le unieron algunos grupúsculos como el Partido Humanista del que nadie se acuerda hoy, que era una creación muy extraña detrás de la cual se sospechaba que estaba la CIA. Todos esos grupos que se han unido al PCE van desapareciendo y los comunistas se quedan solos. En realidad Llamazares, Rosa Aguilar, todos estas personas que tiene las posiciones más sensatas, más inteligentes políticamente en IU son también miembros del PCE que han seguido históricamente, aunque quizás ellos ni se dan cuenta, el enfrentamiento que hubo en un período anterior entre eurocomunistas y prosoviéticos.


Ante esto ¿cuál es la solución? ¿Apuesta por seguir la línea de Llamazares?

Yo he apoyado públicamente a Llamazares. Hace falta una nueva izquierda a la izquierda del PSOE. Hay un sector amplio de la población que no se identifica con el PSOE y eso es un espacio en el que cabe un movimiento de izquierda más firme y más resuelto de lo que es el PSOE que, al mismo tiempo, no considere al PSOE como su enemigo fundamental como sucede con estos dirigentes comunistas antiguos. El motor de esto podría ser un movimiento amplio de izquierdas que tuviera vocación anticapitalista y democrática clara, que abordase los problemas que son hoy muy fundamentales como la ecología, la paz… pero sobre todo la defensa de los intereses de las capas trabajadoras. Yo creo que hoy la tarea sería crear un movimiento así. Lo que siento es que por mi edad no puedo ser un elemento activo en la creación de ese movimiento, tiene que ser gente joven, de hoy.


De entre todos los políticos del resto de formaciones, ¿cuál es su favorito?

Yo no tengo favoritos. Pero creo que hoy cualquier persona de izquierdas en lo esencial tiene que apoyar a Rodríguez Zapatero, porque frente a Rodríguez Zapatero hay una derecha carpetovetónica, un bloque de la derecha que está influido decisivamente por lo que podríamos llamar extrema derecha.


Hablemos ahora de la Ley de Memoria Histórica. ¿Qué le parece esta iniciativa?

Yo creo que a esa ley la falta primero decisión para resolver ese problema y resolverlo en el menor tiempo posible. Yo creo que el Estado tiene que tomar a su cargo el levantar las fosas y el dar enterramiento cristiano o según el pensamiento de cada cual los restos que hay allí. Tendrían que reivindicar a esas víctimas inocentes que fueron asesinadas de forma innoble. Las víctimas del franquismo fueron reivindicadas, homenajeadas, incluso militares que murieron en esa situación fueron elevados de grado en el período de cuarenta años de dictadura, y ahora lo único que nos falta es reivindicar a las personas que fueron asesinadas no solamente durante la guerra sino también cuando después la guerra ha terminado, cuando esta gente copó todo el poder y no estableció la paz sino un régimen militar. Hay que rehabilitar los nombres de los asesinados. Pero no me parece que haya que publicar de nuevo de una manera o juzgar o condenar judicialmente a los asesinos porque han muerto. Están enterrados. Y porque a ellos ni les va ni les viene cualquier sentencia judicial. Pero a sus familias, a sus hijos, a sus nietos, que no tienen responsabilidad jurídica por lo que hicieron sus antepasados,la publicación del juicio les puede suponer un perjuicio tremendo. Y los familiares no tienen ninguna culpa y ahora sería mancharles a ellos.


¿Cómo podemos cerrar las heridas de la guerra? ¿Con silencio, como sostienen los obispos?

Esos obispos no dan ninguna confianza. Ellos han convertido y han elevado a los altares a centenares de personas que cayeron en el bando antirrepublicano. Ellos no olvidan, ellos piensan que por la gracia de Dios tienen derecho a dirigir el pensamiento, la política, la moral de este país.


Pasemos a otro tema de actualidad. La crisis. ¿A qué se debe?

La crisis se debe a la especulación. Como se debió la del año 29 del siglo pasado. A la especulación financiera que ha creado una burbuja de beneficios de negocios que no se correspondía con la realidad económica, con la economía real. Burbuja que en un momento determinado explota, desorganiza todo el sistema capitalista, provoca paro, ruina, miseria. Ya hemos vivido otras crisis iguales que sirven para demostrar que el sistema capitalista, cuando parece estar en su apogeo y en su gloria, lo que hace es estar fabricando una catástrofe. Y al mismo tiempo el sistema capitalista no aborda problemas como la ecología por una razón muy sencilla: porque el negocio es la base de ese sistema y el negocio lleva a expoliar, a destruir la riqueza del planeta y convierte el planeta en un lugar inhabitable en unas cuantas generaciones. Además el sistema capitalista produce monstruos como la guerra de Iraq o la de Afganistán y ahora se está hablando de guerra con Irán, con el mundo del mar, con Corea del norte. Algunos se están metiendo ya con Venezuela o Bolivia. A Rusia siguen rodeándola militarmente como si estuviera el comunismo allí. Entonces cree que la crisis actual es la que más se parece, de entre todas las de las últimas décadas, a la del 29… Como ninguna otra antes. Aquello fue también una crisis producida por la especulación financiera, la Bolsa, la utilización del crédito por parte de los jugadores en bolsa que llevó a un momento en que se produce el crack y se hunden los bancos y se hunden empresas.


¿Qué va a hacer Santiago Carrillo en los próximos tiempos?

Ya muy poco. Tengo entre manos un libro que tengo que entregar. Hago algunas conferencias. Colabora en alguna revista y alguna vez en un diario. Tengo muchísimas visitas y encuentros con estudiantes que están preparando tesis universitarias. En realidad tengo una sobrecarga de trabajo para mi edad, en la que debería empezar a librarme, pero tengo la mala costumbre de no saber decir no cuando alguien viene a pedirme ayuda y colaboración.
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