domingo, 16 de noviembre de 2008

Benito López de Abajo: ´Cada fosa es una caja de Pandora. Nadie sabe qué nos vamos a encontrar´

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Benito López de Abajo: ´Cada fosa es una caja de Pandora. Nadie ...

Benito López de Abajo: ´Cada fosa es una caja de Pandora. Nadie sabe qué nos vamos a encontrar´

"En Antropología hay dos formas de hacer las cosas: o rápido o bien. Nosotros vamos a optar por hacerlo bien aunque la identificación de los cadáveres tarde un poco más".

MÓNICA VÁZQUEZ. SANTIAGO.

-La Consellería de Cultura colaborará en la exhumación de fosas del franquismo a petición de los familiares de las víctimas. ¿Cuál será el papel del Imelga en este proceso?
-El Imelga se integrará en un equipo multidiscipinar asumiendo una parte concreta de la investigación. Una vez localizadas las fosas, la parte más callada y anónima del proceso que llevaron a cabo durante mucho tiempo los historiadores dirigidos por el profesor Lorenzo Fernández, el siguiente paso sería la entrada y exhumación de esas fosas en el que vamos a intervenir un equipo de arqueólogos y otro de médicos forenses. Este último va a estar dirigido por el jefe de la Unidad de Antropología Forense del Imelga, el doctor Fernando Serrulla, que será la cabeza visible y el jefe de operaciones del proyecto. ¿Nuestra labor? Pues participar en todas las tareas de exhumación de la fosa porque este proceso inicial para recuperar los esqueletos requiere hacerse con mucha minuciosidad ya que de él dependerá que todas las investigaciones que se hagan posteriormente sean mucho más fáciles.

-¿Se aleja mucho este tipo de trabajo de lo que suele ser el día a día de los médicos del Imelga?
-El Imelga tiene una unidad de Antropología Forense con una gran experiencia en este tipo de trabajos, tanto en el estudio antropológico de restos óseos como en las propias investigaciones en exhumaciones. Y aunque sin ese grado de especialización, todos los médicos forenses en algún momento han tenido experiencias en este tipo de exhumaciones bien sea porque se quería recuperar el cadáver de una persona enterrada en una fosa común porque se desconocía su identidad, o para hacer un estudio de paternidad muchos años después de enterrado. No son pruebas habituales pero sí estamos familiarizados con ellas.

-¿Cuál puede ser el principal obstáculo para poder identificar un cadáver enterrado hace tantos años y en estas circunstancias?
-A priori cada fosa es una caja de Pandora. Nadie puede precisar con exactitud con los que nos vamos a encontrar porque dependerá de múltiples factores. Del número de cadáveres que haya en cada fosa, del terreno en el que está ubicada, de la humedad, de los componentes minerales de la tierra... y todo eso va a variar la conservación de los tejidos óseos, favoreciendo o no el deterioro de los mismos. Ha habido ya alguna fosa en la que el tejido óseo e incluso el textil estaban bastante bien conservados pero en otras, debido incluso a movimientos del terreno, es probable que nos encontremos con muchos restos fragmentados lo que dificultará de gran manera la investigación forense.

-Arqueólogos e historiadores que han colaborado en exhumaciones de fosas de la Guerra Civil insisten en la importancia de la colaboración de vecinos y familiares en la investigación...
-Ese es precisamente el trabajo anónimo previo al que me refería antes. Es un trabajo de investigación que se basa en documentos históricos y en escuchar a testigos, familiares y a toda la gente relacionada con el suceso o que sabía o escuchó algo relacionado con lo que ocurrió allí. Ellos son los que realmente ayudan a identificar dónde está cada fosa y el número de cadáveres que puede haber.

-Y en el momento de la exhumación, ¿ese tipo de ayuda también es importante para el trabajo de identificación forense?
-No. Realmente la tarea de la exhumación es muy lenta por su propia naturaleza. Y si se hace mal esa primera fase, todo el trabajo posterior es un caos. Una vez abierta la fosa se cogen todos los objetos y restos óseos, se agrupan por proximidad de relación, se meten en cajas y en una segunda fase se envían al laboratorio, donde se prepara y se limpia todo el material. En ese momento sí sería apropiado que los familiares más directos viesen todos los objetos recogidos de la fosa para ayudar a la identificación. Pero estar allí, a pie de obra... Hay un momento posterior en el que todo esto se puede hacer con calma y en un contexto mucho más cómodo. El proceso de exhumación es de una emoción realmente intensa y en mi opinión no debería someterse a estas personas a la responsabilidad de identificar un objeto personal.

-Una vez localizada una fosa, ¿cuánto tiempo podrían prolongarse las labores de exhumación e identificación de los cadáveres?
-El trabajo de antropología es por definición lento. Por eso yo siempre digo que hay dos formas de hacer estas cosas: o rápido o bien.La cuestión es que nosotros vamos a optar por hacerlo bien aunque se demore un poco porque es mejor que tardemos dos meses más de lo que teníamos previsto que no que acabemos a tiempo por acelerar el proceso para que las familias tengan respuestas cuanto antes y que después cometamos errores y haya un caos tremendo para volver a identificar los cadáveres. Hay que trabajar sin prisa y sin ningún plazo previo de entrega. Pero la gente tiene que saber que se hará lo antes posible porque vamos a emplear al mayor número de profesionales en los trabajos y las herramientas más sofisticadas.

-En cuanto al análisis genético, ¿sólo se recurrirá a él en los casos más complejos o se utilizará el ADN para corroborar la identificación de todos los cadáveres?
-Pensamos hacer el ADN en la totalidad de los esqueletos como medida de seguridad. Lo que ocurre muchas veces es que dependiendo de cómo encontremos los restos óseos a veces el ADN está tan deteriorado que no se puede realizar. De hecho hay investigadores que exhumaron fosas en el sur de España y dicen que sólo pudieron identificar por ADN al 70% de las víctimas. Debemos tener claro que hay un porcentaje que depende también de la cualificación del laboratorio de genética y de la sofisticación de las técnicas que utilice, pero puede haber algún caso en el que no funcione este tipo de análisis y habrá que identificarlo únicamente con las técnicas antropológicas.{La decisión de la Xunta de ayudar a las familias de las víctimas acabará generalizándose a todas las administraciones

-La implicación de las Administraciones Públicas en este tema era algo que demandaban desde hace tiempo familias y asociaciones que trabajan por su cuenta en la exhumación de fosas de la Guerra Civil. ¿Por qué se ha tardado tanto en dar respuesta pública a esta demanda?
-Yo creo que son temas muy delicados y que necesitan primero una reflexión sobre si es positivo o no meterse en todo esto. Pero hay que pensar también que la ley en la que la Administración, en este caso la Xunta, se basa para actuar es una ley del 26 de diciembre de 2007, prácticamente antes de ayer. Antes de la promulgación de esa norma no había opción. Por eso creo que tampoco se ha tardado tanto en actuar.

-¿Espera que el ejemplo de la Xunta sea imitado por otras administraciones autonómicas?
-Yo me imagino que sí. Esto es como cualquier maquinaria, que tiene una inercia para empezar a moverse y una vez que se activa sirve para que el resto de zonas empiecen también a ponerse en movimiento. Acabará siendo una actitud general por parte de todas las administraciones.
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